Amanalco

Amanalco, lugar donde nacen el agua y el oxígeno

La Cuenca Amanalco – Valle de Bravo cuenta con una superficie de 61 mil 548.47 ha, de las que 31 mil 114 son áreas forestales. En ellas, gracias al cuidado que los pueblos hacen del bosque se captura un aproximado de 8 millones 805 mil toneladas de CO2. A través del agua que brota en sus más de 400 manantiales se surte la presa Valle de Bravo y de ahí el Sistema Cutzamala.

 

El 12% del agua que se consume en la CDMX proviene de esta cuenca. En este territorio habitan cuatro pueblos originarios: nahua, otomí, mazahua, así como la última comunidad del pueblomatlatzinca (San Francisco Oxtotilpan). Esta identidad pluricultural se concreta en la tenencia colectiva de la tierra a partir de tierras ejidales y comunales.

 

Impactos climáticos e inmobiliarios

La cercanía con Valle de Bravo ha provocado una fuerte presión para cambiar su propiedad social, generar la venta de tierras y el ingreso de proyectos inmobiliarios. Pero además, la presencia de empresas turísticas que ofrecen servicios como paseos en motocross y en racers, ha provocado un daño ambiental en la Laguna del Sumidero y en otros terrenos ejidales, los cuales son atravesados en los recorridos sin pedir permiso a los ejidos ni devolverles ningún tipo de beneficio. Las otras problemáticas que se han presentado, provocadas por la crisis climática, son plagas forestales, sequías prolongadas, una alteración en los patrones de lluvias, lo que ha generado impactos en los ciclos de siembra y cosecha y en ocasiones su pérdida. Sobre este tema, escucha el testimonio del profesor Artemio de la Cruz, ejidatario de San Lucas, Amanalco.

 

Pueblos organizados

Ante estas inclemencias, las comunidades se han organizado con el acompañamiento del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, con quien han logrado caminar hacia la certificación forestal, apropiarse del proceso de gestión forestal, incluir la participación de las mujeres en dicho manejo y en la representación comunitaria, fortalecer las asambleas, así como implementar el pago de servicios ambientales. Además, a nivel de la parcela, los ejidos y comunidades han transformado parte del territorio usado para agricultura convencional (de malas prácticas en manejo de agua y suelo), a una agricultura con prácticas sostenibles, donde los ejidos producen alimentos sanos pensando en su consumo familiar y no en los mercados. 

 

En el frente de los impactos generados por el turismo masivo, las comunidades y ejidos decidieron organizarse en abril de 2022 en la a Junta de Pueblos Originarios Coordinados para el Bosque y el Turismo (Pocbotu), con el objetivo de cuidar los bosques e implementar lineamientos de turismo equilibrado. Con ello han logrado generar 10 proyectos de turismo sostenible, donde se practica el senderismo, el avistamiento de aves, así como el consumo de productos locales. 

De este proceso organizativo surgió en marzo de 2023 la “Brigada Femenina 031 Combatiente de Incendios Forestales”, la primera integrada exclusivamente por mujeres en el Estado de México. Ellas han recibido capacitaciones sobre el manejo forestal y de técnicas para combatir el fuego, pero principalmente, se han ganado el respeto de los hombres de las comunidades y ejidos.  Escucha la voz de Beatriz Pedraza, jefa de brigada.

En poco tiempo la Pocbotu busca ser un referente de reapropiación del territorio por parte de las comunidades y han logrado organizar la primera carrera comunitaria a campo traviesa en busca de que los bosques sigan funcionando como pulmones de las ciudades cercanas.

San Juan Atzingo

La comunidad indígena de San Juan Atzingo, en el municipio de Ocuilan, habitan los últimos hablantes del idioma pjiekakjoo o tlahuica. Quienes mantienen una lucha de cinco décadas para que el Estado de México y el Gobierno Federal legitimen su gobierno autónomo.

Amanalco

La Cuenca Amanalco – Valle de Bravo cuenta con una superficie de 61 mil 548.47 ha, de las que 31 mil 114 son áreas forestales. En ellas, gracias al cuidado que los pueblos hacen del bosque se captura un aproximado de 8 millones 805 mil toneladas de CO2.

San Pedro Atlapulco

La tenencia de la tierra de San Pedro Atlapulco ha permitido que sus bosques florezcan. En estos montes, en el municipio de Ocoyoacac, Estado de México, la comunidad otomí echó raíz junto a cedros, oyameles y encinos.

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Septiembre 2023